¿Sabías que la pérdida auditiva podría tener solución en un futuro cercano? Puede que sí, gracias a investigaciones en terapia génica y regeneración de células del oído. Pero, primero necesitamos entender qué es la audición y cómo puede verse afectada. Vamos a ver las soluciones que la ciencia está desarrollando para mantener nuestros oídos en buen estado.
El mágico viaje del sonido
Primero, ¿te has preguntado cómo escuchas? Imagina el viaje de una onda sonora, desde el exterior hasta tu cerebro. Entra en cada oído y hace vibrar tu tímpano, tan delgado como un papel. Esa vibración mueve dos pequeños huesos detrás de él, que bailan al ritmo de las vibraciones. Un tercer hueso empieza a vibrar junto a la cóclea y las cosas se ponen realmente interesantes.
La cóclea, parecida a la concha de un caracol, está llena de fluido. En su interior, hay decenas de miles de células pilosas con haces de minúsculos tubos llamados estereocilios. ¿Te imaginas al tercer hueso golpeando contra la cóclea, como si estuviera llamando a una puerta?
Eso hace que el fluido de la cóclea se balancee, y las células pilosas se agiten como anémonas de mar. Eso desencadena una serie de mensajes eléctricos que van al cerebro, traduciendo el código eléctrico en significado.
Pero estas delicadas células tienen un tiempo de vida limitado. A lo largo de nuestra vida, la exposición continua a los sonidos puede dañarlas, y es entonces cuando comenzamos a perder audición. Esta pérdida de audición relacionada con la edad, llamada presbiacusia, es la más común.
La pérdida auditiva es un problema creciente
Según la Organización Mundial de la Salud, unos 1.500 millones de personas tienen pérdida auditiva. Se estima que para 2050, ese número podría aumentar a 2.500 millones. En casos de pérdida auditiva profunda, las personas pueden optar por implantes cocleares, que son una especie de cóclea electrónica.
Existen otros tipos de pérdida auditiva menos comunes. Uno de ellos puede ser reversible si se trata a tiempo: la pérdida auditiva sensorineural súbita. Aunque es menos frecuente, si no se trata rápido, la pérdida auditiva puede ser permanente.
Más que una simple molestia
La pérdida auditiva no es solo un inconveniente, sino un problema de salud mayor. Los investigadores han encontrado que la pérdida auditiva puede duplicar la probabilidad de sufrir una caída y puede llevar a ansiedad, problemas para dormir, y aumentar el riesgo de enfermedades mentales.
Además, existe un fuerte vínculo entre la pérdida auditiva y la demencia. Una investigación publicada en The Lancet identificó varios factores de riesgo modificables para la demencia, siendo la pérdida auditiva el más significativo para las personas de mediana edad.
- Enemigo número uno: la presión arterial alta
¿Alguna vez has inflado un globo demasiado y has visto cómo se tensa? Algo así pasa en nuestros cuerpos cuando tenemos presión arterial alta. Los médicos han visto que las personas con presión arterial alta constante entre los 45 y los 65 años pueden desarrollar demencia más adelante. Pero no te preocupes, la presión arterial alta se puede controlar con un estilo de vida saludable y, a veces, con medicamentos. - Enemigo número dos: el tabaco
Sabes que fumar es malo, ¿verdad? Resulta que las personas que fuman tienen más probabilidades de desarrollar demencia que las que no fuman o las que han dejado de fumar. ¡Así que nunca es tarde para dejar de fumar! - Enemigo número tres: la diabetes
La diabetes, especialmente el tipo 2, puede aumentar el riesgo de demencia. Los médicos aconsejan mantener una alimentación saludable y hacer mucho ejercicio para prevenir la diabetes. - Enemigo número cuatro: la obesidad
¿Sabes cuándo te llenas de chuches y te sientes pesado y lento? Eso es lo que pasa en nuestros cuerpos cuando somos obesos. La obesidad en la mediana edad aumenta el riesgo de demencia. - Enemigo número cinco: la falta de actividad física
Junto con la obesidad, no hacer suficiente ejercicio puede aumentar el riesgo de demencia. Así que recuerda, ¡muévete y diviértete jugando! - Enemigo número seis: la mala alimentación
¿Te acuerdas de las chuches? Igual que ellas, una dieta rica en grasas saturadas, azúcar y sal puede incrementar el riesgo de demencia. Trata de comer más frutas y verduras, ¡son como los superhéroes de tu cuerpo! - Enemigo número siete: el consumo excesivo de alcohol
Aunque este enemigo no debería preocuparte ahora, debes saber que beber mucho alcohol puede aumentar el riesgo de demencia. Cuando seas mayor, recuerda, ¡bebe con moderación! - Enemigo número ocho: el bajo nivel de compromiso cognitivo
¿Recuerdas cuando resolviste ese rompecabezas difícil o aprendiste una nueva habilidad en un videojuego? Eso se llama compromiso cognitivo y mantener nuestro cerebro activo nos protege de la demencia. - Enemigo número nueve: la depresión
Sentirse triste de vez en cuando es normal, pero la depresión es una tristeza que no se va. La depresión puede aumentar el riesgo de demencia, así que si te sientes triste durante mucho tiempo, pide ayuda a un adulto. - Enemigo número diez: las lesiones cerebrales traumáticas
Usar casco al andar en bicicleta o al patinar no solo te protege de golpes dolorosos, sino que también puede prevenir la demencia. Las personas que sufren lesiones cerebrales graves tienen más probabilidades de desarrollar demencia. - Enemigo número once: la pérdida auditiva
¿Alguna vez te has tapado los oídos y te has sentido solo? Eso es lo que puede suceder con la pérdida auditiva. Si no oímos bien, podemos sentirnos aislados y eso puede llevar a la demencia. Por eso es importante cuidar nuestros oídos y nuestro sentido de la audición. - Enemigo número doce: el aislamiento social
¿Recuerdas cuándo no podías jugar con tus amigos durante el confinamiento? Fue difícil, ¿verdad? La soledad puede aumentar el riesgo de demencia. ¡Así que juega y diviértete con tus amigos siempre que puedas! - Enemigo número trece: la contaminación del aire
Jugar al aire libre es divertido, pero en algunos lugares el aire puede estar muy contaminado. La contaminación del aire podría aumentar el riesgo de demencia, así que intenta jugar en áreas con aire limpio.
¿Podría la terapia génica restaurar la audición?
Los científicos están buscando maneras de ayudar a las personas a regenerar las células ciliadas y estereocilias de la cóclea para restaurar la audición. Algunos se han inspirado en los animales: cuando las aves y reptiles sufren pérdida auditiva, pueden regenerar esas células y volver a oír en pocas semanas.
Entonces, ¿cómo podríamos hacer esto? Utilizando nuestros propios genes. Richard Smith, un especialista en otorrinolaringología, es optimista en que la prueba genética será más común en el futuro en relación con la pérdida auditiva y que nuevas soluciones estarán disponibles.
El futuro de la pérdida auditiva
La compañía Decibel Therapeutics está trabajando para hacer realidad la terapia génica para la pérdida auditiva en adultos. Están investigando varios productos de terapia génica, algunos de los cuales apuntan a la regeneración de células ciliadas.
En conclusión, aunque la pérdida auditiva puede ser un problema serio y creciente, la ciencia está trabajando arduamente en soluciones. Desde terapias génicas hasta la regeneración de células, el futuro de nuestra audición puede ser más brillante de lo que pensamos. Mientras tanto, es importante cuidar nuestros oídos y buscar ayuda médica si notamos cambios en nuestra audición.
La nueva generación de audífonos
¿Recuerdas cuando los audífonos eran enormes y difíciles de manejar? Por suerte, esos días ya son historia. Según la profesora Scollie, los avances en audífonos digitales han sido inmensos, incluso si muchas de las mejoras parecen pequeñas, al sumarse todas, ofrecen un producto de mejor calidad.
En la actualidad, un solo audífono puede ser considerado el equivalente tecnológico de siete u ocho audífonos juntos. Un audífono moderno puede cambiar automáticamente su funcionamiento dependiendo del entorno. Imagina, por un momento, que estás en un coche tranquilo escuchando música. Luego, entras en un restaurante ruidoso para una conversación. Tu audífono se adaptará a ambas situaciones. ¿Cómo? Gracias a las capacidades de reducción de ruido y a los micrófonos que cambian de dirección automáticamente.
Pero eso no es todo. ¿Has oído hablar del Bluetooth? Los audífonos más recientes incluyen esta funcionalidad, permitiendo que puedas conectarlos de forma inalámbrica a tu teléfono para mantener una conversación o escuchar música. «Es más fácil escuchar cuando la voz del otro extremo del teléfono llega a través de ambos oídos», nos explica la profesora Scollie.
Audífonos: ¿Un reemplazo de alta calidad para los auriculares?
Además, es simplemente más cómodo poder usar audífonos como auriculares de alta calidad. Incluso es posible iniciar sesión en una aplicación para ajustar los ajustes de tu audífono. Algunos audífonos incluso cuentan pasos. La profesora Scollie espera que los sensores biométricos sean el próximo gran avance, lo que significa que los audífonos podrían medir el ritmo cardíaco y la temperatura corporal, como lo hace un smartwatch.
¿No te parece impresionante? Seguro que sí. Y es que estamos hablando de un dispositivo capaz de mejorar la calidad de vida de las personas con pérdida auditiva de formas que hace años no podríamos haber imaginado.
Audífonos más asequibles para la pérdida auditiva
En 2022, se introdujeron nuevas regulaciones en Estados Unidos que permiten la venta de audífonos de venta libre. ¿Y qué significa eso? Que los consumidores ahora pueden comprar audífonos menos costosos sin necesidad de una receta médica, al igual que compramos gafas.
La noticia ha sido recibida con entusiasmo, aunque también con algunas reservas. ¿Qué pasa si la pérdida auditiva repentina de una persona es causada por una enfermedad que necesita ser tratada rápidamente? Algunos temen que las personas que compran audífonos sin receta no reciban la personalización y el servicio de seguimiento que podrían necesitar.
Sin embargo, estos audífonos de venta libre podrían actuar como una puerta de entrada para personas que de otro modo no comprarían audífonos. Se estima que más del 80% de las personas con pérdida auditiva no utilizan audífonos.