El uso de animales en circos, acuarios y otro tipo de parques de atracciones es controvertido. ¿Podrían criaturas realistas animatrónicas ofrecer una forma de prender el interés de las personas por el mundo natural?
La doctora Kate Darling, una especialista en investigación del MIT Media Lab muy interesada en cómo la tecnología se cruza con la sociedad, se metió en una piscina california a comienzos del 2022 con un delfín llamado Delle. Quedó cautivada por los suaves movimientos del poderoso cuerpo de 250 kg que se deslizaba por el agua.
Después de nadar unas vueltas, Delle se volvió hacia ella y se puso juguetona, saludándola y salpicándola. Encantada, extendió la mano para acariciar su piel brillante. Parecía gomoso, lo que, junto con el delgado cable serpenteando a lo largo del fondo de la piscina, fue el principal indicio de que el delfín Delle era un robot.
Delle, un delfín animatrónico hiperrealista, fue creado con el objetivo de reemplazar a los delfines reales en acuarios y parques de atracciones marinas. Si bien algunos podrían lamentar la exhibición de réplicas en lugar de criaturas vivas, la idea tiene mérito.
El futuro de los parques de atracciones
Los animales cautivos han sido durante mucho tiempo una fuente de entretenimiento humano. Hemos mantenido leones en jaulas durante miles de años, hemos cautivado ciudades medievales con circos ambulantes y hemos abierto el primer zoológico moderno en París en 1793.
Más recientemente, los animales se convirtieron tanto en accesorios como en protagonistas en la pantalla grande. De hecho, la compañía detrás de Delle, llamada Edge Innovations, tiene gran relevancia en el mundo de los efectos especiales, ya que ha creado animales marinos simulados para películas de Hollywood como Star Trek, Liberad a Willy y La tormenta perfecta. Uno de los beneficios de usar animatrónicos es que es fácil asegurar a los espectadores que ningún animal resulta dañado.
Así como los animales falsos se están volviendo engañosamente realistas, cada vez es menos aceptable usar animales vivos con fines de entretenimiento. Documentales como Blackfish (2013) y The Cove (2009) han expuesto algunos de los horribles tratamientos y sufrimientos de los mamíferos oceánicos.
La protesta pública resultante ha hecho que los parques de atracciones marinos sean controvertidos, atrayendo a más manifestantes y menos visitantes. No se trata solo de animales acuáticos: países de todo el mundo han comenzado a prohibir los animales de circo. Icónicos circos de todo el mundo presentaron elefantes, tigres y otras atracciones durante más de un siglo antes de que las protestas por la crueldad animal los llevaran a la quiebra en 2017. Recientemente anunciaron un regreso, sin los animales vivos.
Y, sin embargo, podría decirse que entretener a las personas con animales cautivos es vital para la conservación de los animales.
Conservación y educación en los parques de atracciones
Muchos zoológicos y acuarios tratan activamente de promover los esfuerzos de conservación proporcionando experiencias educativas y fomentando el interés en el mundo natural. Dar a los niños (y adultos) la oportunidad de ver e interactuar con animales vivos en parques de atracciones es generalmente mucho más emocionante y atractivo que algo en un libro o en una pantalla. Este tipo de entretenimiento es útil, porque inspira a las personas a preocuparse. E incluso los activistas acérrimos de los derechos de los animales están divididos sobre los costos y beneficios de los zoológicos, ya que reconocen el valor de lograr que las nuevas generaciones se interesen en la vida de los animales.
Al principio, esto parece una razón para evitar reemplazar a los animales con tecnología en los parques de atracciones. Y, sin embargo, la investigación en el floreciente campo de la interacción humano-robot está mostrando resultados sorprendentes en el compromiso con robots que pueden imitar el comportamiento realista. Cuando están físicamente encarnados e interactivos, los robots atraen mucha atención. La gente tiende a tratarlos como si estuvieran vivos, a pesar de que saben perfectamente que son solo máquinas. Parafraseando la investigación: somos tontos para las cosas que se ven geniales y se mueven.
Por ejemplo Delle el delfín
La versión actual de este dispositivo no es tanto un robot como un animatrónico, lo que significa que no tiene un comportamiento autónomo. El cuerpo del delfín Delle está completamente controlado a distancia. Pero para el efecto de compromiso, apenas importa si Delle es un animal, un robot o una marioneta mecánica. Según Edge Innovations, puedes decirle a las personas que interactúan con el delfín exactamente lo que está pasando y no les importa. Simplemente están emocionados de jugar con él.
Si comenzamos a reemplazar los animales en nuestros parques de atracciones por máquinas, ¿disminuirá esta tendencia tan nuestra a maravillarnos por el mundo natural?
La doctora Kate Darling asegura que no cree que el uso de estas réplicas nos haga olvidar el valor de las criaturas vivientes. Su experiencia personal coincidió con las afirmaciones de los creadores de Delle: nadar con una réplica fue emocionante, y aún más divertido sabiendo que ningún animal fue dañado en el proceso. En todo caso, asegura que salió de la experiencia recordando lo preciosos que son los delfines reales.