Las grandes preguntas sobre el coronavirus, origen y cura, siguen en el aire y seguimos sin tener totalmente claro de donde salió el COVID-19. O como acabar definitivamente con él. Lo cierto es que tenemos un desastre encima y no sabemos cómo atajarlo ni su origen… pero somos humanos, listos y tal y como algunos de nosotros hemos causado (seguramente) este desastre, buscaremos la solución bajo las piedras.
Los científicos han aprovechado la tecnología de edición de genes CRISPR para bloquear la replicación del nuevo coronavirus en células humanas. Un enfoque que algún día podría servir como un nuevo tratamiento para COVID-19. Sin embargo, el estudio se realizó en platos de laboratorio y aún no se ha probado en animales o personas. Esto significa que un tratamiento basado en este método podría estar a años de distancia.
CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, repeticiones palindrómicas cortas, agrupadas y regularmente interespaciadas)
CRISPR es una herramienta que permite a los investigadores editar con precisión el ADN. Se basa en un sistema de defensa natural utilizado en bacterias que permite a los microbios atacar y destruir el material genético de los virus. Es un arma en la lucha contra el coronavirus.
En un estudio reciente, los investigadores utilizaron un sistema CRISPR que apunta y destruye hebras de ARN, en lugar de ADN. Específicamente, su sistema utiliza una enzima llamada Cas13b, que escinde hebras individuales de ARN como las que se encuentran en el SARS-COV-2. Este es el virus que causa el COVID-19. Cas13b es similar a Cas9, la enzima más comúnmente utilizada en la tecnología de edición de genes CRISPR. Pero Cas9 escinde el ADN, mientras que Cas13b escinde el ARN.
En origen los investigadores diseñaron CRISPR-Cas13b para apuntar a sitios específicos en el ARN del SARS-COV-2; una vez que la enzima se une al ARN, destruye la parte del virus necesaria para replicarse.
«Una vez que se reconoce el virus, la enzima CRISPR se activa y corta el virus». Es la explicación de la profesora Sharon Lewin, del Instituto PeterDoherty de Infección e inmunidad de la Universidad de Melbourne.
Los científicos también encontraron que su método funciona incluso cuando se introdujeron nuevas mutaciones en el genoma del SARS-COV-2. Incluidas las observadas en la variante alfa del coronavirus, cuyo origen nos lleva al Reino Unido porque allí fue descubierta por primera vez.
Coronavirus: origen y cura con vacunas
Actualmente se están distribuyendo vacunas efectivas contra el COVID-19 en todo el mundo. Pero sigue existiendo una necesidad clara y urgente de tratamientos efectivos para la enfermedad. Los investigadores señalaron que hay «serias preocupaciones» de que el virus evolucione para «escapar» de las vacunas actuales.
Un tratamiento ideal para el coronavirus sería un medicamento antiviral que los pacientes toman poco después de ser diagnosticados con COVID-19. «Este enfoque, probar y tratar, solo sería factible si tenemos un antiviral barato, oral y no tóxico. Eso es lo que esperamos lograr algún día con este enfoque de tijeras genéticas», explicó Lewin.
Aunque en origen el nuevo estudio es un primer gran paso hacia dicho tratamiento, tiene sus pegas. Es probable que pasen años antes de que este método se convirtiera en arma contra este coronavirus. Para ello ha de ser un tratamiento que esté ampliamente disponible.
Los investigadores ahora planean probar el método en modelos animales y, finalmente, realizar ensayos clínicos inhumanos. Los medicamentos que utilizan esta tecnología aún no han sido aprobados para tratar ninguna enfermedad. Pero se están realizando múltiples estudios para probar las terapias basadas en CRISPR en personas como tratamiento para diversas enfermedades, incluidos el cáncer y el VIH.
El coronavirus, origen desconocido en el caso del COVID-19, es el caballo de batalla de la ciencia en todo el mundo. Miles de personas trabajan para hacerle frente. ¿Podremos vencerle? Parece que sí, pero no será una batalla ganada rápidamente.